Prologo.-
Cada día a las dieciséis horas, cuatro limusinas paraban en la escalinata de la mansión de la señora Lucrecia. Cada una de un color, rojo, azul, amarillo y verde, como el color de los vestidos de traje de chaqueta que vestían las cuatro damas. Cuatro chóferes uniformados abrían las cuatro puertas a la vez y cuatro pies derechos de las correspondientes señoras, a las dieciséis horas un minuto se plantaban en la acera.
Las cuatro pisaban a la vez el primer escalón que conducía a la mansión, (como si un estricto protocolo así lo exigiera)…donde la señora Lucrecia con su mano levantada en señal de saludo al estilo reina de Inglaterra y la sonrisa adquirida en muchas horas de entrenamiento frente al espejo, esperaba.
La dama de rojo, La señorita Beatriz, Siempre mirando hacia arriba a su anfitriona y sonriendo murmura, mirarla, que cara de zorra tiene y se la da de señora.
Aunque le gusta que le llamen señorita Beatriz, ya enterró a dos maridos. Con cada multimillonario marido muerto, aumentaba el tamaño de las posesiones más preciadas de su cuerpo. En la proa, dos revienta blusas desafiantes y en la popa dos balones de baloncesto que no sufrían la inflación, pero si de inflamación…
El valor de las joyas que portaba, era equivalente al producto nacional bruto de Guinea…Mientras subía se sintió acalorada por el roce de sus muslos y el recuerdo de las cinco juntas desnudas en las duchas del internado…
Vanesa, vestida con traje de chaqueta azul, cumplía los requisitos del grupo, creció con sus amigas en un orfanato donde las abandonaron en la época en que el grupo parchís de canciones infantiles triunfaba, siempre vestían con los colores que se asignaron.
Los roles nunca se cambiaban y hasta sus viviendas llevaban esa señal como color predominante.
Propietaria de una naviera, regalo prematuro de un prematuro marido muerto al caer accidentalmente por las escaleras, se jactaba de sus obras de caridad por que una vez al año, dejaba con uno de sus barcos en Mozambique, cien barriles de gas-oíl gratuitos, para los barcos pesqueros de un pariente lejano suyo, propietario de medio puerto…
Rosario con su traje amarillo y su extrema delgadez, me recordaba más a un plátano enderezado, aunque tengo que reconocer, que esos dos pomelos que lucía y su pronunciada retaguardia cuando se le miraba de lado, me alejaba de la visión de la fruta.
Rosario era dueña de un imperio que lo abarcaba todo, Industrias farmacéuticas, Casinos, Fabricas de armamento…todo cortesía de sus tres maridos muertos accidentalmente…al primero le fallaron los frenos de su mercedes cuando iba a esquiar en la zona de sierra nevada en Granada. El segundo en una explosión por escape de gas cuando estaba con su secretaria en una cabaña en las montañas. El tercero mordido por una mamba negra que se escapó accidentalmente del terrario que tenían en su casa cuando Rosario estaba pasando casualmente un fin de semana fuera.
Le hizo una señal con el dedo corazón levantado a un senador que como cada día estaba con sus prismáticos en la mansión de al lado para no perderse detalle.
Berta era toda una bomba, con su traje verde que hacia juego con sus ojos, la falda muy corta y sus generosos atributos, llamaba la atención a sus cuarenta y ocho años, sobre todo llamaba la atención de sus cuatro amigas desde los catorce años que estaba plenamente desarrollada y era la que se llevaba la mayor de las atenciones y caricias.
Berta solo se casó dos veces, enterró a un marido que por accidente se cayó en un pozo de cal viva que estaba abierto para enterrar a las vacas que murieron en la finca cuando la epidemia del mal de las vacas locas. Ella lo había ayudado con su todo terreno…
Se quedó con una inmensa fortuna, ganaderías por todo el mundo, mataderos, una flota de camiones y grandes supermercados y centros comerciales repartidos por varios países, aunque ella lo que más valoraba era su profesor de tenis…hasta que intentó chantajearla porque había visto como empujo a su marido y se lo echó a los cerdos.
Al llegar al final de la escalera donde Lucrecia esperaba, se dieron un beso protocolario y se metieron en la casa, a salvo de miradas indiscretas, se besaron en la boca…
Conociendo a las damas...
La dama de blanco era la señora Lucrecia, como el color de fondo blanco del tablero del parchís, reunía a todas sus fichas, no tenia que tirar los dados para moverlas, su liderazgo estaba claro y lo respaldaba un carácter fuerte, físicamente la más alta de todas, aficionada a la natación y con pinta de haberse tragado a Tarzán de los monos en sus mejores tiempos.
Como a sus cinco amigas, a Lucrecia la abandonó su madre en la casa cuna de Sevilla, la dejó en un torno que había en la pared parecido a un pasa platos, de esa forma la madre se evitaba la vergüenza de explicar que su hija era ilegitima y las monjas tenían un inquilino mas para sacar más subvención a la Diputación de Sevilla…
Allí conoció a sus amiguitas y allí se llevaron todas a los ocho año los primeros palmetazos en las manos por curiosearse unas a otras donde las monjas no permiten la curiosidad por que es pecado mortal, eso les hizo ser más curiosas…de niños ya se sabe, si te lo prohíben los adultos, es porque tiene que ser algo bueno.
La edad límite para estar en la casa cuna era a los nueve años, las trasladaron juntas a un internado de menores y allí se afianzo el liderazgo de Lucrecia cuando en su cumpleaños catorce, la directora le regaló una caja de bombones y el joven jardinero, una cajetilla de tabaco rubio americano, fue una ganga porque solo le costó subirse la falda.
La cosa se complicó cuando el jardinero le ofreció un cartón de tabaco por ir más allá, fueron mucho más allá donde estaba el huerto y en el cobertizo, Lucrecia se clavó por primera vez el rastrillo en la espalda. Las amigas que la habían seguido, también querían su cartón de tabaco, pero el jardinero no tenia para todas y tendrían que esperar…
La señorita Lucrecia, tuvo la mala suerte de enamorase del jardinero y lloraba sola y desconsolada cada vez que una de sus amigas aparecía con un cartón de tabaco.
Juraba continuamente que se vengaría de los hombres y ese veneno suyo se lo transmitió cada día a sus amigas que hicieron causa común con ella.
A los dieciséis años, recibió el regalo que todas esperaban, una casa de acogida, la puerta trasera para evitar las costosas adopciones y sus trámites legales.
Las acogió un matrimonio sin hijos con una gran fortuna, el senador y ella marquesa.
Como senador descendiente de una larga lista de políticos en la familia, sus propiedades se repartían por medio mundo, aprendió de su padre y de su abuelo el arte de acumular riquezas sin levantar sospechas, todos sabemos que es más fácil eso, que despistar de la vitrina de un supermercado un pollo y además por mucha hambre que tengas, está mal visto…
Para un señor de 51 años con una señora arisca y poco agraciada, la señorita en esa casa era una bomba de relojería, máxime cuando ella sabía muy bien que quería.
Los continuos cruces de sus piernas cuando se sentaba frente a él, la forma de agacharse a por los objetos de frente y abriendo las rodillas, la puerta del baño abierta casualmente cuando se duchaba, pero siempre cuando no estaba su mujer, aunque nunca se insinúo, todo parecía un juego inocente…
A Don Tomas le crecía cada vez más la lengua y sentía que se iba a ahogar en su propia saliva, el calor en su cara se hacía insoportable y el dolor de sus partes nobles de su noble persona, a veces tenía que aplacarlos con sesiones de auto-complacencia…
En una ocasión que Don Tomas creía tenerlo muy claro, ella le paró los pies…pero Don Tomas, no se equivoque conmigo, soy una chica decente…terminó de volverlo loco.
A su mujer cada vez la mandaba mas fines de semana a un balneario donde se tomaba baños de barro, a ella le decía que era bueno para la piel, por dentro pensaba que donde mejor están los cerdos es en el barro…
La agonía de Don Tomas crecía día a día. Antes de cumplir Lucrecia sus dieciocho años, el senador estaba en plena campaña por la presidencia, no había mejor momento para poner en práctica el plan trazado por la señorita. Se dejó de rodeos, se dejó de tonterías y también se dejó coger. Solo una vez por que el senador no le gustaba y no dejaba de pensar en su jardinero.
Previamente, ella había colocado una cámara de vídeo en su habitación y las vergüenzas de Don Tomas quedaron inmortalizadas. También las de la señorita Lucrecia, pero a mi entender, ella perdió la vergüenza cuando se levanto la falda por un paquete de tabaco.
La jugada le salió perfecta cuando un Don Tomas terriblemente abatido y asustado, contemplaba ese vídeo que amenazaba hacer público si no cumplían sus exigencias. Aún era menor cuando se grabó.
Según Lucrecia no era mucho para su enorme fortuna, 6.000 euros al mes de forma vitalicia y la mansión de los padres fallecidos que estaba al lado de la suya.
El senador aceptó el trato por que ella había depositado copias del vídeo en las cajas de seguridad de tres bancos y había dado orden al respecto de hacerlo público si a ella le pasaba algo. Pero de ninguna forma le pondría la mansión de los padres a su nombre, solo la dejaría vivir hasta su muerte, a cambio él correría con todos los gastos de la casa.
Doña Lucrecia se dio la gran vida y jamás permitió que la visitara su vecino…
A este senador es al que cada día la señora Rosario conocedora del chantaje que le hizo Lucrecia, le manda un afectuoso saludo con el dedo corazón levantado mientras sonríe, el hombre permanece impertérrito y sigue con sus prismático observando la ceremonia de subida por las escaleras hacia la mansión.
Doña Lucrecia nunca se casó, tenía suficiente con los postres del té de las cinco…
Beatriz, la dama de rojo.
La señorita Beatriz tenía un año menos que Lucrecia y al cumplir sus dieciocho años se fue a vivir a su mansión, era algo que le había prometido a todas sus amigas, cuando salieran del internado ella las acogería.
El tiempo que había estado con el senador, Lucrecia se dedico a conocer a todos sus amigos y a tomar notas de su agenda, direcciones, teléfonos, estado civil…todo los datos que pudo recopilar de esos millonarios y poderosos señores.
Comenzó a dar fiestas privadas para que Beatriz conociera a esos señores, después de probar con algunos bajo el auspicio siempre de Lucrecia que la asesoraba, la preparó para una cena intima con un joyero judío multimillonario de cuarenta y dos años y por suerte para ella, viudo…Tuvieron tres cenas más antes de que ella aceptara perder la vergüenza, que por supuesto la perdió con el jardinero del internado como Lucrecia
El viudo no pudo resistirse a ese bombón de dieciocho años y perdió la cabeza por ella, en principio solo por decir si quiero ante el altar y despumes en el crucero de viaje de novios en el yate de Jacob su marido, por perderla definitivamente al caer accidentalmente por la borda. Le costó cinco millones la ayuda del capitán del yate…aunque no llegó a pagarle porque un mafioso que le hacía trabajos al senador, por cien mil euros acabó con el capitán en la habitación de un hotel.
Avisaron por radio a los guardacostas para ver si podían rescatarlo, no lo encontraron hasta los tres días y ella pidió un permiso para embalsamarlo y dejarlo en la mansión. De esa forma se sentiría menos triste por su pérdida teniéndolo en casa…¿O tendría otros oscuros motivos?.
Jacob tenía en Sudáfrica concesiones de minas de diamantes y negocios de joyerías en Europa y Estados Unidos. Beatriz tenía joyas en los cinco continentes de su cuerpo.
Beatriz quiso guardar luto protocolario por el que dirán y por hacerse la estrecha que es la forma en que más se encabrona y decide a los tíos conseguir a una mujer. Se aficionó y especializó en los joyeros, tardó un año en casarse de nuevo con un mercader suizo relacionado con el tráfico de diamantes, Marcial, tenia cincuenta y dos años una mujer, una amante y tres hijos y aún así, Beatriz le hizo perder la cabeza y la perdió…
Misteriosamente, porque aún no la encontraron, ni su cuerpo tampoco, estaba con una losa de hormigón en los pies descansando en el fondo del río Guadalquivir…y la cabeza en el particular museo que se estaba preparando en la mansión de la señorita Lucrecia.
El senador como cada día, años después esperaba en su ventana con los prismáticos dirigido a la comitiva de las cuatros señoras que subían la escalinata de la mansión y tres cámaras de vigilancia grabando cada uno de sus movimientos…Aunque en principio aceptó el chantaje de Lucrecia, su amor propio nunca aceptó que una plebeya muerta de hambre lo hubiera chantajeado de esa forma…
Vanesa solo se casó una vez con un naviero de cincuenta y seis años, Pancho, de origen mexicano y afincado en Sevilla, más feo que pegarle a un padre y con las redondeces exageradas de estar comiendo todo el día burritos y tomando cerveza.
Era un buen tipo, empezó de la nada construyendo pequeños botes con sus propias manos, una vida de plena dedicación a su trabajo le hizo aumentar el tamaño de sus barcos y se trasladó a la bahía de Cádiz donde construyó su propio astillero.
El nunca pensó en el matrimonio, tenía suficiente con las visitas continuas a los prostíbulos de los que era un ciudadano V.I.P.
En los primeros escarceos amorosos con Vanesa, ella tuvo que contener más de una vez las ganas de vomitar cuando la besaba, por dentro intentaba convencerse que ese sacrificio merecía la pena y aguantaba el tipo como podía. Pensaba que tenía que hacer de tripas corazón para llevar a ese primo hasta el altar…Leonora siempre le recordaba que ese era su objetivo principal…ese y despacharlo pronto al otro barrio…
Pancho dijo si quiero a los siete meses de conocer a Vanesa y se sentía el hombre más afortunado de la tierra, aunque su mujer le dijo siempre que era virgen y ella gritaba de dolor cuando Pancho intentaba emular a don quijote con su lanza en ristre…gritaba y paraba las embestidas de Pancho que desesperado, volvía a sus recorridos nocturnos para engrasar su lanza…
El naviero ya no trabajaba en sus barcos, pero si le gustaba inspeccionarlo como buen constructor que desea todo esté en perfectas condiciones. Visitaba en el dique seco la zona de babor de su ya casi terminado barco, un andamio colgante se desprendió cayendo al vacío y Pancho terminó viajando por el túnel de la luz mientras escuchaba estas son las mañanitas a los mariachis que había junto a San Pedro…Pancho parecía un burrito relleno de tomate esparcido por el suelo...
El diagnostico oficial fue, muerte por accidente. El cableado del cuadro eléctrico de un servo freno que mantenía el andamio sujeto, se había fundido por un corto circuito…
El jefe de electricista de su naviera recibiría su recompensa, aunque no duró lo suficiente para poderla cobrar, Lucrecia le encargó el trabajo a un Serbio muy discreto bien recomendado y se ahorró ciento sesenta mil euros, que por supuesto iban a las arcas de Lucrecia que era como una caja registradora…
Vanesa reclamó su cuerpo y se lo trajo a su casa de Sevilla, algunas manipulaciones
no del todo legales, le permitieron embalsamarlo y llevarlo al salón de trofeos de la mansión de Lucrecia…
En la comisaría central sevillana, en la unidad especial de homicidios, un agente tenia sobre su mesa tres nombres para investigar, Lucrecia, Beatriz y Vanesa, pronto añadiría dos nombres más a esa lista.
El senador seguía con sus prismáticos y sus grabaciones, que con ayuda de un miembro del servicio secreto, se trasladaron al interior de la mansión de Lucrecia…pero había zonas inexpugnables de la casa, donde no pudieron acceder a colocar vigilancia.
La policía entrevistó a Don Tomas para averiguar algo de lo que podía saber de su anterior protegida Lucrecia, pero el senador se mantuvo firme en que no sabía nada y no volvieron a molestarle… el político millonario, tenía sus propios planes…
Rosario, la dama de amarillo. boda con Don Bosco
Rosario era un manojo de nervios y de tremendo carácter, le encantaba ese gesto diario que le dedicaba al senador con el dedo corazón levantado, fue la tercera en llegar a la casa de Lucrecia y pronto encontró en una de las fiestas lo que buscaba después de rechazar a otros que la buscaban a ella…
Le sabia sacar partido a su delgado cuerpo bien bronceado y que destacaba con su traje amarillo, se bestia con elegancia y de forma muy sexy pronunciando bien sus atributos.
La cadencia en su forma de hablar, de moverse, sonreír y esa forma de mirar con sus preciosos ojos caramelo turbaba desde el principio a los hombres que rápidamente se rendían a sus encantos.
Conoció a un magnate de la industria farmacéutica, Bosco, de origen polaco, casado y con una hija, tenia cuarenta y un años, el más joven pretendiente que hasta ahora tuvo el grupo de amigas. Solo tardó cuatro meses en enterarse la mujer de Bosco del lío suyo con Rosario, por unas fotos que un supuesto paparazzi les había tomado a trabes de la ventana de un motel, el fotógrafo iba enviado por Lucrecia y le dejaron las fotos por debajo de la puerta de su casa.
Fátima la mujer de Bosco, siempre le dijo que si se enteraba de una infidelidad, lo dejaría al momento sin pedirle explicaciones, eso se lo contó a Rosario y fue su perdición. En cuanto recibió las fotos hizo su equipaje y se marchó a su casa de Francia.
Los trámites del divorcio solo duraron cinco meses y cuando tuvo la resolución, se casó con Rosario que lo tenía siempre con la testosterona saliéndole por las orejas.
Llevaban casados poco más de un año y Lucrecia le insistía en que tenía que acabar pronto con ese matrimonio, al casarse con ella le había regalado el treinta por ciento de su imperio farmacéutico y le urgía meterse en ese negocio por sus miras puesta en los narcóticos.
Un dispositivo electrónico con una pequeña carga colocado en el circuito de frenos y controlado a distancia, .se lo colocó el agente del servicio secreto asignado a don Tomás el senador, por supuesto sin el conocimiento de él. Solo era uno de los personajes peligrosos a sueldo de Doña Lucrecia. El agente lo siguió a distancia cuando iba a esquiar y antes de una curva peligrosa, activó la pequeña carga con una sustancia que no dejaba rastro…Don Bosco no tuvo ninguna oportunidad y se estrelló en el fondo de un barranco. El coche quedó tan destrozado como Don Bosco y eso hizo que quedaran pocas pruebas para que determinaran los peritos la causa del siniestro.
Resultado final. Muerte por accidente sin causa determinada…
Rosario ya tenia puesta sus miras en un magnate del juego y los casinos que en mas de una ocasión en las fiestas dadas conoció y nunca le dijo que no, cuando se solucionara lo de Don Bosco, el seria su próximo objetivo…
Hay personas tan poderosas, tan corruptas y malvadas, que ni el diablo acepta hacer pactos con ellas. Garganta profunda como así le llamaban sus amigos y enemigos porque se lo tragaba todo… todo lo que oliera a chantajes, asesinatos y sobre todo, juegos de loterías, carreras y casinos, un autentico mafioso sin escrúpulos con docenas de cadáveres bajo la alfombra. . Tenía pinta de niño bueno y Rosario se quedó prendada de el, aunque conociendo las verdaderas intenciones de la dama, no cabe duda de que estaba prendada de su poder y su fortuna.
No sabía en el nido de ratas que se metía al entrar en esa familia, pero recordaba lo que una vez le dijo Lucrecia. No tengas miedo nunca Rosario por donde te metes, entra siempre como ratita y compórtate como mangosta…
Cuando conoció a Pascual, este estaba siempre rodeado de damas de compañía como el quería decirles a esa media docena de putas que le rodeaban y utilizaba para sus negocios. Curiosamente al conocer a Rosario, dejo a uno de sus lugartenientes al cargo de esa faceta de su negocio para dedicarse por completo a ella. Por primera vez en su vida, se sentía realmente enamorado y a ese tipo de hombres cuando se les enamora, le pasa como a Sansón cuando le quitaron su pelo, se quedó sin fuerza…
Pero ya se sabe que, quien con infante pernocta, excrementado alborea y eso es lo que le pasó a Tomas al contratar a una secretaria menor de edad en el séptimo mes después de su boda, se llevó a la secretaria a una cabaña que tenía en las montañas y una explosión de gas lo mandó a cincuenta metros cayendo sobre una fosa séptica cubierta de excrementos, los dos seguían abrazados, desnudos y muy muertos…
Dictaminaron los peritos que se produjo un fallo en el alimentador de gas de las calderas del sótano que hizo volar el forjado y todo lo que había encima. Rosario no quería saber nada de los turbios negocios de Pascual y por una pequeña fortuna se lo dejo a su mano derecha, otro italiano con negocios propios aún más turbios como la trata de blanca.
Siempre me pareció eso de la trata de blancas muy racista,
¿Acaso los demás colores no merecen tratos?...
El tercer marido de Rosario era sin duda el más poderoso y rico que tuvo el grupo de las cinco. Norte americano afincado en España, su familia hizo fortuna en la guerra de secesión americana fabricando todo tipo de armas para los dos bandos, pero Richard amplió sus negocios a todo el mundo y allí donde había una guerra estaban sus armas.
Si la cosa estaba tranquila, sus mercenarios provocaban disturbios en algún país con gobiernos corruptos y no solo les vendía las armas, les vendía servicios de reconstrucción y los contratos de seguridad y escolta privada de su reserva de combatientes, soldados de la muerte armados hasta los dientes.
Pero con todo eso, no estaba a salvo de una mujer despechada como se sentía Rosario por sus continuos viajes y juergas. El peligro no estaba fuera, lo tenía en su propia casa.
Richard era ya un hombre maduro de sesenta y dos años y no muy agraciado y eso iba a precipitar sus planes, es el marido que menos le duró, dos meses y medio.
Ella se marchó un fin de semana y un criado que solo llevaba quince días en la casa,
sin papeles y contratado por Rosario, previamente caramelizado con la mitad de la suma prometida, 50.000 euros, le echó un somnífero en el coñac…
Abrió el terrario y tomó una mamba negra que le introdujo bajo la sabana, viendo que no le mordía le apretó por detrás de la cabeza para que abriera las mandíbulas y la presionó sobre el muslo.
El lunes a las ocho de la mañana, la policía llamó a la casa y preguntó por Rosario, le hicieron varias preguntas relacionadas con el criado que había desaparecido, solo les dijo que llegó buscando trabajo y estaba de prueba pero no sabía nada mas de él…
Es la primera vez de mucha que ella y sus amigas tendrían la visita de la policía…
Berta, la dama de azul. Sus dos bodas.
Las amigas le llamaban la bomba y es que ella era una verdadera bomba, una guitarra española con generosos bustos y muslos, como gustaban a los hombres de aquella época y todas las épocas en que a los hombres le gustaban de verdad las deliciosas mujeres…
A veces en el internado, las demás amigas sentían celos si ella estaba con otra del grupo sin ser invitadas y eso en la actualidad no había cambiado cercana ya a sus cincuenta años. También la más apasionada de todas sin importarle la carne o el pescado, disfrutaba tanto con hombres como con sus amigas, ninguna de ellas tuvo jamás relaciones sexuales con otras mujeres, eso lo reservaban únicamente para el grupo después de tomar el té.
Por su gran apetito sexual, ella no quería casarse con un hombre mayor, aunque sabía que no le duraría mucho ese semental heredero de la familia Osborne, deseaba exprimirlo hasta el último día que cantara la Traviata con el en la cama.
Se sentía enamorada cuando se casó con Bertín, un mozo alto y atlético y curtido por el sol de Andalucía. Su padre por enfermedad, legó a su hijo en vida la mitad de sus posesiones, mataderos, una flota de camiones y grandes supermercados y centros comerciales repartidos por varios países.
Berta era muy celosa y sanguínea y no podía ver como su recién estrenado marido, seguía coqueteando con todas las que se ponían a tiro y se las tiraba…consiguió fotografías comprometedoras de el para chantajearlo pidiéndole el divorcio pero él no lo aceptaba, era la única dama que quería hacer las cosas legalmente…
Como venganza, Berta se lió con su profesor de tenis que le enseñaba los toques del derecho y del revés y eso le encantaba. Le comentó a Lucrecia lo de la petición de divorcio a su marido y ella contesto…nooo, vete de aquí y resuélvelo cuanto antes.
En una de las fincas donde criaban vacas, había una gran zanja abierta con animales dentro en cal viva, muertos por la epidemia del mal de las vacas locas Bertín estaba mirando y lamentando ese espectáculo, ensimismado en sus pensamientos, no prestó atención al todo terreno de Berta que se acerco y lo echó dentro de la zanja, tomó una manguera con un rociador de productos tóxicos y lo vertió sobre el, en dos minutos Bertín moría con los ojos quemándole y mirando a Berta como si hubiera visto un fantasma…por un camino secundario que deba a la finca, su profesor de tenis miraba.
Tomó con la carretilla basculante una gran cantidad de cal y el hombre desapareció por motivos de viaje inesperado permanentemente.
La Interpol aún lo está buscando, ella declaró que su marido había salido de viaje sin decirle donde y su coche jamás había aparecido…
Su profesor de tenis no sabía donde se metía cuando intentó chantajear a Berta por que la vio empujar con su coche al marido en la zanja y sabia donde estaba el, podía decírselo a la policía y se quedaría para siempre en la cárcel.
Quedó con él un domingo a las tres de la tarde para darle el dinero del chantaje…fue a las dos de la tarde que solo estaba el encargado en los corrales de los cerdos donde hay al lado un procesador de carne con una tolva y un triturador y le dio libre toda la tarde.
Cuando llegó su chantajista, le pregunto, ¿tienes el dinero? Y ella sin decir palabra, abrió su cartera supuesta-mente para dárselo y sacó una pistola y le disparó directamente a la cabeza, lo izó con la carretilla elevadora hasta la boca de la trituradora y la puso en marcha, cuando salió por la otra parte convertido en carne de hamburguesas, se la echó a los cerdos y disfrutó un rato mirando como comían…solo pensó, ¡Maldito cabrón, me has dejado con la entrepierna en cuarentena¡ sonrió por su propia ocurrencia.
Berta no era mujer de cuarentenas prolongadas y esa misma noche llamó a la casa de Rosario, al amanecer había olvidado a su apuesto marido y a su profesor de tenis…
Álvaro era propietario de fábricas de quesos en Burgos, la leche procedía de su propio ganado, vacas y ovejas que se criaban en dos fincas de su propiedad en la sierra. No tenía familia pero si una afección coronaria grave que le obligaba a llevar marca-pasos, a sus setenta y ocho años. Conocía a Berta hacia ocho meses y desde entonces quería cambiar los quesos por la carne fresca de la muchacha. Cuando ella se quedó viuda le hablo claro…
Berta, soy un hombre mayor, ya me ves y además muy enfermo, quiero terminar mis días contigo y como no tengo descendientes, te lo dejaré todo a cambio de que te cases conmigo. Voy a durar poco y necesito terminar mis días acompañado…no te pido que me quieras, solo necesito tu compañía…eso le decía mientras pensaba en Berta la primera noche de boda en su cama ordeñándola con su desdentada boca…ella dijo que si quiero…a su pequeña fortuna.
Fue el marido que menos duró, apenas unos minutos, no se fiaba de las intenciones del viejo y contrató al fantasma que le hacia los trabajos sucios a Lucrecia.
El liquidador, se apostó en un lateral de la iglesia al lado de una columna a salvo de miradas y cuando el viejo dijo si quiero y se dieron un beso, acciono un disparador de microondas de su bolsillo dirigido hacia Álvaro, echándose las manos al pecho con muestra de dolor, cayó fulminado al suelo…el veredicto fue fallo del marca pasos y la compañía fabricante los sustituyó todos del mercado. Aparte de la fortuna del viejo, cobró del seguro 750.000 euros…
Las damas tenían suficiente dinero para tomarse unas largas vacaciones y dedicarse a tomar el té.
El éxito de la operación de estas damas se debía a Lucrecia, jamás sustituyeron o cambiaron a los directores de las diferentes sucursales o casas matrices de las empresas. El presidente del consejo de administración y altos ejecutivos seguían en sus puestos, de esa forma se evitaban problemas con esos tiburones y ellas se limitaban a cobrar cada año las pequeñas fortunas que sus diferentes empresas generaban…
Las damas desaparecidas.
Avisada Lucrecia de la próxima visita de la policía, aunque sabía que por el momento no tenía nada sólido para arrestarlas, decidió que ya era tiempo de tomarse un largo descanso y dejar enfriar todo el asunto. Llamó a las amigas y esa misma noche tomaron todas un vuelo a las Barbados. Compraron una gran mansión y se dedicaron exclusivamente a su propia felicidad sin negocios o problemas que las distrajeran.
Salían con mucha frecuencia juntas, a cines, teatros y restaurantes, pero jamás se relacionaban con hombres, sus necesidades las tenían bien cubiertas en la noche cuando en una gran cama giratoria y con espejos en el techo y las paredes, copia exacta de la que tenía Lucrecia en su mansión, se dedicaban a practicar las posturas del Kamasutra…
El topo que tenía en la policía judicial, le informaba de los avances que se hacían sobre el caso de las damas misteriosas como se le había etiquetado…pero el caso por el momento estaba paralizado por falta de pruebas incriminatorias contra ellas y el jefe de policía no encontraba suficientes argumentos para autorizar un viaje de su equipo a las Barbados…por el momento las damas estaban a salvo y disfrutando de su descanso.
En esa feliz etapa de sus vidas, las damas rondaban los treinta y cinco años, pasarían diez años más hasta que decidieran volver a Sevilla asesorada por su topo que decía no había nada que temer.
Un nuevo jefe de policía se había hecho cargo de la comisaría central y archivado la investigación por falta de pruebas incriminatorias, solo parecían hechos circunstanciales
Pero al hacerlo, tuvo el mismo presentimiento que el anterior investigador, demasiadas coincidencias en los asuntos relacionados con esas señoras. Retomaría el caso si esas damas volvían a Sevilla y se produjera alguna nueva contingencia.
En el expediente había una nota relacionada con una visita que le hizo su antecesor a Don Tomas el senador, decidió que iría a entrevistarlo. A la mañana siguiente llamó a su puerta y el criado lo hizo pasar a su despacho.
Don Tomas, vengo a hacerle unas preguntas sobre Doña Lucrecia que tengo entendido era su mujer.
Está usted en un error, solo era una ahijada mía, una señorita que la tome bajo mi protección al salir del internado y cuando se hizo mayor de edad, le deje la mansión de mis padres para que tuviera su propia vida. No tengo relación con ella y en estos últimos diez años no he sabido donde se encuentra.
El jefe de policía volvió a la central y archivó el expediente en casos sin resolver, aunque en el fondo pensaba que no tenía ningún caso…quizás después de todo las damas no hicieran nada malo.
Cuando el senador se quedó a solas, llamó a su contratista de obras para preguntarle como iban los trabajos que se hacían en el sótano colindante a la medianera de la casa de Lucrecia. Sus padres fallecidos les dejo con los planos de las dos mansiones, donde residía el y la de al lado que le cedió a Lucrecia mediante chantaje, esos planos serian cruciales para el desenlace final que había preparado para las damas…
De vuelta en Sevilla, tomando el té
El día amaneció lluvioso, pero eso no impidió que a las dieciséis hora, las damas bajaran de sus limusinas y subieran juntas con sus paraguas de colores, la escalinata de la mansión de Lucrecia en su primer día de estancia en Sevilla, después del largo periodo vacacional en las Barbados. Desde donde observaba el senador, al pasar por debajo parecía como si hubieran puesto en fila las fichas de un parchís.
Un coche camuflado de la policía judicial con un agente de paisano, contemplaba el espectáculo propio de una puesta en escena de una película de Fellini…
Cerca de ese coche había otro con dos agentes del servicio secreto, las ventanillas tintadas para mantener a salvo de miradas exteriores una cámara de video con micrófono láser que obtenía todos los sonidos a considerable distancia.
Las damas sabían estos detalles y no pronunciaron una sola palabra mientras subían.
Rosario como años atrás, no pudo evitar levantar el dedo corazón hacia Don Tomas el senador, que seguía con su rutina y su prismático mirando el cortejo.
Se diría que este grupo tan pintoresco no había cambiado en sus más de veinticinco años juntas, en la puerta de entrada donde Lucrecia esperaba, se dieron un beso protocolario en las mejillas mientras sonreían artificialmente, cuando la puerta se cerró se besaron todas en la boca apasionadamente.
No dijeron una sola palabra hasta entrar en un salón blindado a escuchas electrónicas desde el exterior, en el interior había cámaras de vigilancia colocadas por Don Tomas, pero eso no le preocupaba, el senador solo vería y escucharía lo que Lucrecia quisiera para bien de sus propios intereses.
Se sentaron las cinco en una hermosa mesa circular blanca de madera de roble lacada en blanco, tenia incrustaciones en mármol rosa de diferente parejas en posturas altamente erótica, en el centro una rosa blanca y a los lados cuatro rosas rodeándola, roja, azul, amarillo y verde.
Un joven musculoso y solo vestido con una pajarita y un delantal, trajo un carrito con algunas bebidas, Rosario siempre se tomaba un whisky, las demás damas un jerez dulce.
En esos preliminares del té, todo era muy inocente a pesar de ese Adonis rondando entre ellas, solo era un mero objeto decorativo viviente al que se acercaba alguna de las manos de las damas para aliviar sus tensiones momentáneas.
Las conversaciones seguían una pauta también inocente y ambiguas sin mucho contenido, solo parecía estar pasando el tiempo hasta que llegara la hora del té.
Si daba la impresión que en la atmósfera flotaba un aire cargado de lujuria, las damas se apretaban las manos como impacientes por algo o por pura ansiedad, se notaban inquietas desde que supo por Lucrecia que había cámaras de vigilancia dentro puestas por el senador, pero sobre todo por no poder exhibir todos sus encantos como les gustaba frente a esas cámaras y aplacar su lujuria allí mismo…
Por las cámaras del senador no se preocupaban, tenían tanto contra él, que sabía que no las iba a utilizar en su contra y podían tomarse la libertad de vez en cuando de regalarle un gesto obsceno…
A las diecisiete hora exactamente, un precioso carrito de madera importado de china, hizo su aparición empujado por ese semental que hacia volver las miradas de las damas, sobre todo cuando los miraba por detrás que el delantal no lo cubría y el mozo conocedor de su oficio, se inclinaba sobre el carrito para pronunciar sus atributos, haciendo que los ojos de las damas se movieran al compás de sus caderas…
Una obra de arte en cerámica china, conformaba todo el juego de té y empezando por Doña Lucrecia, una a una pudo paladear de su taza, un té al estilo moruno, muy dulce y con mucha hierbabuena, un verdadero placer para los sentidos.
En una bandeja de plata haba un surtido de pastas, bombones rellenos de licor y trufas.
A las dieciocho horas, las damas se levantaban y se dirigían a una habitación de la planta alta donde todas sus tensiones desaparecerían…
En el dormitorio de Lucrecia
En una gran estancia en la planta superior, estaba el dormitorio de Lucrecia, destino habitual de las damas después de tomar el té.
En el rincón izquierdo que estaba redondeado en forma de medio punto, una gran cama giratoria presidía el espacio, la pared estaba cubierta de espejos adaptándose a la curvatura. En el techo un gran espejo del mismo diámetro que la cama, 2,80 metros.
Del centro del espejo colgaba un cilindro plateado sujetando cinco pantallas de plasma
Inclinadas a setenta grados sobre la cama. Un reproductor de cabeza múltiple mandaba la señal a las pantallas, cuatro tenían imágenes de las damas grabadas en sus anteriores orgías y otra alternaba los vídeos que las diferentes señoras se tomaron con sus maridos.
No estoy escribiendo una novela porno, por lo que no entraré en detalles de lo que allí sucedía y cualquier lector, es lo suficientemente inteligente para imaginárselo.
Si puedo decirles, que vi uno de sus vídeos cuando entreviste a Lucrecia en una de las sesiones que me dedicaba para tomar las notas del libro que quería escribiera para que se publicase después de su muerte.
Al lado de sus vídeos, las películas porno son material de educación sexual para niños…
Las sesiones relajantes como a ellas les gustaba llamarlas, duraban hasta las 20.00 P.m.
Después tomaban juntas un baño de burbujas con sales minerales y se vestían para salir a cenar. Cada noche lo hacían en un restaurante deferente y hoy les apetecía marisco y se fueron a la dorada.
El problema del aparcamiento en esa zona, les impedía tomar las cuatro limusinas y tres se quedaban en la escalinata de la mansión.
Cuando vieron partir a las señoras, el agente de la policía judicial siguió a la limusina hasta su destino y esperó pacientemente en la puerta. El agente del servicio secreto se retiró a sus oficinas a redactar un vació informe de unas horas perdidas.
Terminaron de cenar y el coche las llevó de vuelta a la mansión, cada una se subió en sus respectivas limusinas y se alejaron por la avenida de la palmera hacia la carretera de Cádiz, recorrieron cinco kilómetros y se desviaron por un camino de propiedad privada hacia un campo de grandes alcornoques donde en una zona central aparecía un complejo deportivo con una gran piscina, pista de tenis y un solárium.
Formando como un trébol de cuatro hojas, cuatro mansiones circundaban el espacio. Los cuatro áticos eran de color blanco y las fachadas de color ocre con grandes figuras incrustadas de cerámica de la cartuja, cada una de un color, rojo, azul, amarillo y verde. Las figuras estaban inspiradas en la pintura el jardín de las delicias…
El policía no pudo entrar hasta las mansiones por que una gran puerta de hierro se lo impedía y por orden de su superior se aposto en las cercanías a esperar novedades…
Un coche deportivo paró en la puerta y metió un pequeño paquete por la apertura del buzón, al ir hacia su coche el agente lo paró para interrogarle porque estaba a esas horas de la noche entregando un paquete, le dijo que el entregaba un regalo a la hora que le pareciera bien y que la policía no se lo podía impedir…lo esposo y lo metió en su coche, esto es una investigación judicial y te vienes conmigo a la comisaría, si no colaboras vamos a mirar con lupa todas tus actividades…
El joven visiblemente nervioso balbuceó, OK, les diré lo que quieran saber, el policía arrancó su vehículo y se fueron camino de la jefatura central…
Una llamada de Rosario a la central, que vio por la cámara de vigilancia como se llevaban al joven, hizo cambiar al vehículo de dirección después de recibir una orden por la radio del coche…Volvió a la propiedad privada de las damas y dejó al joven en su vehículo. El agente se marchó moviendo la cabeza contrariado…
El agente judicial encargado del caso de las damas misteriosas, tenía en una pequeña bolsa de plástico con la etiqueta de prueba, una bala calibre 38 aplastada, con signos evidentes de haber sido disparada. La bala la llevó un carnicero que había comprado una partida de cinco cerdos en la granja de Berta y al despiezar uno de ellos la tenia alojada en los intestinos. Le pareció algo sospechoso y se lo comunicó a la policía.
Antes de irse Berta y las amigas a las Barbados, un agente estuvo en la finca por la desaparición del marido sin haber encontrado ninguna pista y esa bala que era la disparada por Berta contra su profesor de tenis, aún no había sido descubierta, el profesor fue triturado en una picadora de carne industrial y echado a los cerdos..
La zanja con el ganado muerto por la epidemia había sido rellenada con cal viva con la compañía del marido de Berta dentro. Se rellenó con un metro de hormigón y otro metro sobre ella de tierra donde retozaban los cerdos de la granja…
Quince años después y ante la presencia de esa prueba que presentaron al fiscal, este dio orden de arresto contra Berta, aún sabiendo que solo era una prueba circunstancial que no demostraba nada, la bala podía haber ido al intestino del cerdo por muy diferentes causa, incluso a trabes de los alimentos procedente de otro sitio. Esa orden la emitió para aprovechar las veinticuatro horas que podían legalmente retenerla sin una acusación formal y hacer una búsqueda exhaustiva en la propiedad de Berta.
Berta no estuvo más de una hora en la comisaría, el abogado pidió que se hiciera una acusación formal o la pusiera en libertad, el fiscal no tenia con que apoyar esa acusación y salió de la comisaría con tres coches de la policía y una orden de registro.
Lo que en realidad estaba buscando el fiscal, era el arma que había disparado esa bala que sospechaba tenía que estar en esa propiedad.
Hicieron un registro minucioso durante todo el día y parte del siguiente pero no apareció ningún tipo de arma en su propiedad ni en su casa, no podía saber la policía que prácticamente estaban andando sobre ella cada vez que pasaban junto a los cerdos…
Pero les hubiera sido imposible encontrarla bajo un metro de tierra y otro de hormigón.
Cuando el agente encargado del caso se lo comunicó al fiscal, este dio un tremendo puñetazo en la mesa…maldita sea, es que estas putas se van a salir siempre con las suyas…ordenó que incrementaran la vigilancia a las cinco damas y recibir un informe cada veinticuatro horas, o en el momento que hubiera algo importante que informar.
El joven que habían detenido junto a la mansión de las damas y después soltaron por una llamada recibida, lo sorprendió la policía en plena calle entregando un pequeño paquete que contenía cocaína a un vendedor conocido en los medios policiales por dedicarse al menudeo de narcóticos, los dos fueron detenidos y acusados de tráfico de drogas, sobre la mesa del jefe de investigación que llevaba el caso de las damas había una nota… tenemos un pececito, que puede ser una ballena…¿Podrá tragarse a las damas?
Muerte de un testigo
Pablo el pequeño traficante y Ramón el suministrador de las damas, ingresaron en celdas separadas en la jefatura central de la policía a espera de ser llamados por el juez para declarar, su abogado se presentó para decirle que no hablara hasta que lo hiciera en el juicio si este se llegará a celebrar, por que el confiaba que lo sacaría sin cargos.
Lucrecia llamó a la esposa de uno de los policías para hacerle un encargo. Le llevaría a la comisaría esa tarde a última hora un termo con café y un bocadillo para la cena pues el policía no salía de servicio hasta las doce de la noche.
Un mensajero llevó a casa de la mujer un termo, en el interior con el café había una capsula hermética con dos gramos de cocaína adulterada con estricnina y arsénico, se la llevo al marido a la jefatura.
Antes de salir de servicio a las doce menos cinco de la noche, sacó la capsula y se la llevó a la celda de Ramón…toma, esto es un regalo de Lucrecia, para que no pases una mala noche y se marchó…a las doce y media una ambulancia recogía a Ramón por el que no pudieron hacer nada, llegó muerto al hospital.
El comisario de guardia, no podía determinar si esa droga se la suministró algún policía o la traía Ramón camuflada en alguna parte de su cuerpo o en los dobladillos de la ropa.
Un mensaje de texto llegó al móvil del investigador judicial del caso…me parece que la ballena se tragó al pececito…el mensaje provenía del agente secreto que investigaba las actividades de las damas.
El fiscal cuando llegó por la mañana a su despacho se enteró de lo sucedido y llamó a los investigadores que tenían que haberle informado de cualquier contingencia y les habló a gritos, soy una pandilla de incompetentes, como es posible que maten a un testigo importante dentro de la misma comisaría y nadie sepa nada…el silencio fue suficientemente elocuente, los policías se miraran unos a otros sin saber como reaccionar…salid de mi despacho, a las doce quiero a todos los investigadores del caso en la sala de reuniones.
Cuando se celebró la reunión, nadie tenia algún dato nuevo que aportar, uno de los agentes de vigilancia dijo que las damas desde que volvieron no habían tenido ninguna actividad que levantara sospechas, las escuchas electrónicas en la casa no habían aportado ningún resultado y aparte de las reuniones diarias en la casa de Lucrecia y sus cenas en los restaurantes que eran publicas y de las que no pretendían esconderse, las damas permanecían toda la mañana en sus mansiones, hemos pedido una orden judicial para pinchar sus teléfonos pero el juez no encuentra argumentos en que basar esa decisión, tenemos que presentar algo tangible para conseguir la orden.
Sonó el móvil del inspector jefe, hablo solo un minuto y al colgar comunicó a los presentes, esta mañana se encontró el ama de llaves a la señora Vanesa muerta, por las características de la muerte, parece ser la misma causa que mató a Ramón en la celda…
La confesión de Lucrecia
La muerte del narcotraficante y la de Vanesa, estaban estrechamente ligadas al morir los dos por los efectos de la misma sustancia como demostró la autopsia, el fiscal ya tenía los suficientes indicios para pedir al juez un registro de las mansiones de las damas y de otras propiedades. Intervinieron ordenadores, móviles y documentación para su estudio pericial. No encontraron sustancias estupefacientes ni armas en ninguna casa de las damas, excepto escopetas de repetición de cañones superpuestos que las damas utilizaban en la finca para el tiro al plato.
En una primera inspección de todo ese material no encontraron nada sospechoso y la alegría con que se empezó este nuevo movimiento, se fue transformando primero en violentos comentarios sobre esas señoras, después en algo de decepción entre los investigadores hasta sentir cierto grado de impotencia.
En una reunión, el mismo agente que dijo anteriormente que quizás las señoras no tuvieran nada que esconder, volvió a repetir lo mismo… ¿y si estamos persiguiendo a unas personas que realmente no hicieron nada ilegal aunque las circunstancia así pueda hacerlo parecer?
El inspector jefe, volvió a dar un fuerte puñetazo en la mesa, propio de su actitud cuando está contrariado…Jodeeerrr, no quiero escuchar mas esa gilipollez, el hecho de que nosotros seamos unos incompetentes que no adelantamos nada en el caso, no quiere decir que esas damas estén limpias, ¿acaso olvidan que esas muertas de hambre de la nada se hicieron con verdaderas fortunas a costa de las muertes de sus maridos no aclaradas? Tenemos que ponernos las pilas y aclarar este caso…
Lucrecia sonreía cuando llamó a su casa la policía que le llevaba la documentación, ordenadores y efectos confiscados para la investigación por no haber en ellos nada de interés que pudieran utilizar contra la dama. En las casas de las otras señoras la misma escena se repetía con unos policías que se alejaban moviendo la cabeza…
Esa tarde a la hora del té, solo tres mujeres subían la escalinata de la mansión de Lucrecia, parecía que nada hubiese cambiado a la hora de tomar el té, ni siquiera hablaron de la muerte de Vanesa, se diría que jamás había existido para ellas.
Eso cambió cuando las cuatro damas bajaron al sótano donde antes había una bodega de vinos y Lucrecia la transformo en una pequeña fortaleza, por dentro se había forrado con planchas de hormigón cubiertas por unas placas de plomo.
Los equipos electrónicos instalados, impedían cualquier escucha en el exterior, esa medida la tomó Lucrecia por la cercanía de la mansión de su vecino el senador.
Había una mesa larga en el centro de la estancia con una baraja de cartas y un juego de parchís, al lado un carro de bebidas y un mini bar. En el frente una gran televisión de plasma y debajo un equipo completo de reproducción de Dvd y videos antiguos de cinta.
En el lateral derecho, seis sillones ocupados por una especie de maniquís con traje de etiqueta, los rostros recubierto de cera, pero debajo estaban las cabezas autenticas de sus propietarios…
En esa estancia explicó Lucrecia a sus amigas que la muerte de Vanesa fue decisión suya, su gran adición a la cocaína nos estaba poniendo a todas en peligro, por eso mandé eliminar a Ramón el narcotraficante al que llamó Vanesa desde una cabina cercana a su casa para que le llevará drogas y yo no podía permitir que lo relacionaran con nosotras.
Una noche me acerqué a vuestra finca y llame al portero automático de Vanesa para que saliera diciéndole que no tenía tiempo para quedarme y cuando salió a la verja, le tendí una bolsita a la vez que la daba un beso y le decía que se cuidara…
Las tres amigas se levantaron de un salto gritándole de forma amenazadora…
Planes de asesinato
Lucrecia sin inmutarse en su asiente gritó, ¡Sentaros coño¡…las amigas parecía que les hubiera dado una orden un cuidador a sus perros, se sentaron sin decir una palabra.
Ella les habló…Sabéis que desde que éramos pequeña en el internado siempre estuvimos juntas y os protegí aunque solo tenemos un año de diferencia, di la cara por cosas que hacíais vosotras y cuando salí de allí os prometí que seguiría cuidando de todas. Lo que hice con Don Tomas el senador, fue para aseguraros un techo donde podáis estar al salir del internado y durante más de veinticinco años os he ayudado, asesorado y protegido…Las amigas asentían en silencio…
Pues eso mismo voy a seguir haciendo, ayudaros y protegeros incluso de vosotras misma y si alguna hace algo que ponga en peligro a las demás, se las verá conmigo, como Vanesa a la que quería como no podéis ni imaginar. Espero entendáis cuanto os quiero para haber tenido que tomar una decisión tan dolorosa para mí.
Las tres amigas se levantaron con lágrimas en los ojos y acercándose a Lucrecia la abrazaban y besaban.
Ahora prestar atención, sabéis que arriba tenemos vigilancia por el senador que yo no he querido nunca desactivar para utilizarla para mis propios fines y por eso Tomas ha tenido tantas perdidas en bolsa y se le fueron al garete varios negocios, por nuestros señuelos en las conversaciones dirigidas a que el tomara decisiones equivocadas.
Ahora estamos en esta sala para hablaros de los planes que tiene el para mí.
Sus plan desde hace muchos años fue eliminarme, pero nunca ha querido arriesgarse por la cinta que grabé de vídeo donde sale en la cama conmigo cuando aún era menor de edad, mi amenaza de hacerla pública si a mí me pasara algo lo ha mantenido quieto, pero se está haciendo mayor y ya no ejerce como senador, también he sabido que está muy enfermo y decidido a acabar conmigo. Los muros de hormigón y plomo que en este sótano mandé instalar, no son solo como protección contra escuchas, su mansión es gemela con esta y tiene en el sótano la bodega de vinos como era esto antes.
Las dos bodegas estaban comunicadas por un pasillo subterráneo que utilizaban en caso de emergencias…señalando a su espalda dijo…la puerta de entrada por el pasadizo estaba allí y la dejé inutilizable para que no pudiera entrar en la mansión.
Ahora es cuando más cuidado debo tener con ese hombre, porque en un mensaje de audio que me mandó una criada suya que tengo sobornada, habla con un ex-agente del servicio secreto de su seguridad personal y le ofrece quinientos mil euros por eliminarme, el agente ha rehusado por el peligro que existe en estos momentos por la vigilancia policial y los agentes del servicio secreto.
Por eso ayer cuando tomábamos el té arriba y sabiendo que el está escuchando, os comente ese audio y os dije que lo mandarais a la policía si yo sufro un atentado…
Yo no creo que ese cabrón se atreva a mover fichas…
En los registros efectuados en la casa por la policía, jamás encontraron la entrada a ese sótano, se accedía tecleando un código de seguridad en un pequeño panel camuflado dentro de la caja fuerte que hacia subir cuatro baldosas de mármol y bajar una escalera
automáticamente. Al llegar abajo había otra medida de seguridad, solo se accedía a un pequeño recibidor con un botellero de vinos y dos sillas y en el frente una pared de hormigón donde parecía terminar ese pequeño sótano. Esa pared de hormigón forrada de madera como el resto de la pequeña estancia, subía o bajaba mediante un código que se introducía en el móvil de las señoras.
Quizás tanta seguridad sea la propia perdición de Lucrecia y sus amigas, por que Don Tomas en esos momentos, sonreía en su casa cuando le llegó un pedido que había hecho a un amigo alto cargo de un laboratorio que le suministraba al ejército productos químicos… Había una guerra a muerte contra Lucrecia y no quería perderla…
El sorprendente giro de Berta
Desde que salieron del internado, las damas a pesar de su educación religiosa, jamás pisaron una iglesia, o quizás fuera por esa misma causa de educarse entre monjas y sus malas experiencias con ellas las que hicieron apartarse de la religión.
Puede que por la vigilancia continua a que era sometida y la propia conciencia que la perseguía recordando los hombres que mató, le hizo dar un giro inesperado a su vida.
Una mañana se presentó en la mansión dos hermanitas de los pobres, monjas dedicadas a la asistencia a los necesitados, antes Rosario y Beatriz, habían declinado recibirlas.
Las hizo pasar al salón, les ofreció un aperitivo y sentándose les preguntó.
¿Qué puedo hacer por ustedes? Doña Berta…
Llámeme Berta por Favor.
Queremos terminar un comedor y reparar los dormitorios de nuestra casa de acogida para niños con retrasos mentales y deficientes físicos. El centro es muy viejo, una donación del Ayuntamiento De Sevilla que se dedicó muchos años a la atención de la tercera edad y se clausuró cuando hicieron el nuevo centro. Nosotros le pedimos la cesión para nuestra causa y nos lo concedieron.
Estamos visitando su casa y las de otras personas con recursos con la esperanza de que nos pueda ayudar.
Está bien hermanas, me gustaría ayudarles, pero tengo que conocer personalmente ese sitio para hacerme una idea de que necesitan, también me gusta saber dónde va a ir a parar mi ayuda y quisiera que mañana mismo me reciban y me enseñen el centro.
Al día siguiente la recibió la madre superiora que volcó sobre Berta todas sus dotes de amabilidad y nobleza cristiana, Berta por dentro pensaba, menuda rata, como si no os conociera…y empezaron la visita por las instalaciones.
A Berta se la hacía un nudo en la garganta al ver el estado tan lamentable que presentaba la construcción, sobre todo al ver a esas criaturas deficientes mentales hacinadas sobre el suelo de un salón de juegos donde no aparecía ni un solo juguete.
El comedor y la cocina estaban en un estado deplorable y parte del techo de un dormitorio, aparecía desplomado sepultando a las dos camas del fondo. Se paró y dijo,
Ya tengo suficiente, cuenten con mi colaboración, ahora madre deme la dirección de su convento para ir a ver a la persona responsable de las finanzas.
Le dio la dirección a su chofer y se encaminaron al límite del casco urbano de Sevilla.
El convento está situado en unos terrenos de cultivo de la junta de Andalucía.
Al entrar por el camino que lleva a la casa central, observó a unas monjas con botas de goma y el hábito levantado trabajando la tierra, unas con azadón abriendo surcos, otra plantando unas matas y otra con una regadera echando agua.
Más allá había otras recolectando tubérculos y dos recogiendo naranjas, eso le hizo pensar en la diferencia de aquellas que conoció en el internado, vividoras y crueles.
Al entrar en el convento se sintió llena de una paz que no recordaba, su sobriedad le hacia sentir la humanidad que allí se respiraba, el silencio la confortaba y pensó…que buen sitio para limpiar mi conciencia…
Una novicia la condujo a una oficina pobremente amueblada donde la responsable del convento la madre general María de las Virtudes, le estaba esperando. Cincuenta y seis años de verdadera entrega a la causa de los necesitados le conferían a su rostro un aire místico que hacía sentirse en su presencia en paz con el mundo.
Pronto entraron después de unos saludos en el tema principal de la visita que le trajo al convento y Berta le entregó un talón de doscientos cincuenta mil euros, la monja puso ojos como platos a la vez que sus ojos se llenaban de lagrimas.
Después Berta le dijo, hermana, ahora tiene que hacer usted algo por mí. Dime hija que puedo hacer.
He visto que hay aquí novicias, jóvenes que algún día vestirán los hábitos, no quiero engañarla, pues se que yo no sirvo para estar encerrada, pero quisiera estar una temporada aquí de novicia y apartar el fantasma de mi pasado que no me deja dormir, necesito una cura espiritual, le compensaré espléndidamente por el tiempo que pase en su convento.
Berta, te puedes quedar el tiempo que quieras, pero tengo que advertirte algo, no haremos distinciones contigo por tu posición y tu fortuna. Vestirás como las novicias y te asignaremos todas las tareas que ellas hacen, incluso recoger frutas y regar los huertos y eso será muy duro para ti que nunca trabajaste.
No se preocupe madre, aunque a mis cuarenta y nueve años, espero le tenga alguna consideración…
Berta no se quitaba de la cabeza el coche permanentemente apostado fuera de la verja de su propiedad y una llamada de un confidente sobre una próxima visita de la policía para preguntarle por el coche desaparecido de su marido que encontraron en el fondo de un barranco a las afuera de Tánger en Marruecos…Muerte del senador
Lucrecia tuvo muchas oportunidades de matar al Don Tomas sin levantar sospechas, no había ninguna confrontación conocida por personas ajenas a su círculo y estaba el hecho de que ella no ganaba nada con la muerte del senador. El tampoco ganaba nada con la muerte de Lucrecia, pero era un asunto de amor propio y venganza personal que llevaba veinticinco años rumiando.
Sobre el pasadizo que unía las dos mansiones entre las bodegas, había tres metro de tierra cubierta de césped y un precioso jardín japonés. En el centro una fuente con peces de colores y plantas acuáticas. Sobre el centro de la fuente se levantaba un dragón del que emergía un chorro de agua que iba a parar a otra pequeña fuente completando un circuito cerrado en previsión de los frecuentes cortes de agua en épocas de sequía.
Debajo de la fuente principal, una arqueta recogía el agua cuando esta se vaciaba para su limpieza, otra arqueta de paso situada junto al muro del sótano de Lucrecia y de allí pasaba a un pozo de registro del alcantarillado urbano.
Los obreros de Don Tomas, habían accedido al tubo de hormigón de 200 m.m. que conducía las aguas quitando toda la tierra de soporte de abajo para que se rompiera el tubo al desaguar las fuentes. Colocaron una puerta metálica a modo de compuerta para evitar que el agua fuera hacia la bodega del senador.
Ya le consiguió el agente del servicio secreto que trabajaba para el, los códigos para abrir y cerrar la puerta blindada que daba acceso al sótano de Lucrecia y estaba dispuesto a sepultarla para siempre. Por el monitor vio como las tres damas entraban en el sótano, con el mando a distancia que tenia bloqueo la señal de sus móviles para impedir que accedieran a la apertura de la puerta, bajó al pasadizo y en un cuadro de mando que había cercano a la propiedad de Lucrecia, oprimió el botón que ponía, desagüe fuente…la puerta que le habían colocado en el centro del pasadizo se abría hacia dentro, sabía que tenía poco tiempo antes de que el tubo se rompiera y se anegara todo el pasadizo de agua.
Se fue hasta donde estaba antes la puerta que comunicaba las dos casas y con los dos productos químicos comprado a un conocido laboratorio que trabajaba para el ejercito, los vació como un extintor sobre el muro que inmediatamente empezó a disolverse…encima suyo el agua se filtraba y pronto quedaría esa parte de la galería inundada, corrió hacia la puerta metálica y le sobresaltó el fuerte clic que escucho en la cerradura, cogió con fuerza la manilla tirando hacia el pero la puerta no cedía. Un fuerte ruido lo hizo mirar asustado hacia atrás cuando parte del techo se desplomaba y una gran cantidad de agua entraba cubriéndole rápidamente hasta le cintura.
A través de su teléfono móvil, Lucrecia observaba la agonía de Don tomas cuando el agua le llegaba hasta la barbilla y con toda tranquilidad puso en marcha el mecanismo de una doble puerta de seguridad de acero inoxidable que tenia instalada en el sótano en previsión de que el senador consiguiera debilitar la existente.
Las tres damas con sus teléfonos móviles en las manos, presenciaron los últimos minutos de Don Tomas. Fue importante la colaboración de una de sus criadas que asesorada por Lucrecia, cuando sonó su teléfono móvil, puso en marcha la bomba de llenado de agua de las fuentes para garantizar el completo llenado del pasadizo.
Parte del terreno del jardín había cedido y se personaron los bomberos para inspeccionar las causas, no pudieron entrar por casa de Lucrecia porque nadie contestaba y lo hicieron por casa del senador, la mitad del pasadizo parecía normal y al llegar a la puerta de separación no pudieron abrirla, un muro de agua se lo impedía. Con un escáner comprobaron que estaba inundado y se fueron a la superficie.
Una excavadora, abrió un agujero hasta llegar al techo del pasadizo y con una bomba de agua lo dejaron vacío, volvieron al pasadizo y pudieron abrir la puerta para rescatar el cuerpo sin vida de Don Tomas.
El jefe de bomberos pasó un parte a petición de la policía en el que aseguraba que solo había sido un accidente, probablemente una fisura en el tubo de desagüe o en una de sus uniones, produjo un desplazamiento de las tierras que dejaron sin soporte al tubo que terminó cediendo y con la fatalidad de esa puerta que solo abría hacia dentro, dejo al hombre atrapado sin remedio…El jefe de policía añadió al informe:
Los dos productos químicos que había en el pasadizo, lo utilizo el senador para debilitar el muro con intención de acceder al sótano de la casa de Lucrecia, sus intenciones desde luego no la sabemos, pero nada bueno augura ese hecho y el que puso la trampa al ratón, terminó comiéndose el queso…
Persecución infernal, disparos contra Lucrecia…
Después de los sucesos, las damas accedieron a la planta alta a través de un pequeño ascensor de emergencia del que nada sabía Don Tomas, fueron al convento a advertirle a Berta que la policía iba a poner en circulación una orden de búsqueda y captura contra ella….
La pequeña cabina por donde subieron las damas, partía desde la bodega de vinos en el sótano hasta llegar a la planta baja, solo subía un piso. El suelo donde pisaba era un plato ducha que al estar en la planta se integraba en un cuarto de aseo con lavabo y Wáter, Sobre el pequeño ascensor había otro plato de ducha de setenta centímetro de lado, así que cuando el ascensor estaba en el sótano, el cuarto baño de arriba aparecía con su ducha y al estar arriba, una cabina de metra quilato con ducha incorporada.
Se hizo así a instancia del contratista como medida de precaución si la puerta blindada no se abría por fallo eléctrico o del sistema y por escapatoria en caso de necesidad.
Cuando las damas comprobaron por el monitor de sus móviles que el senador estaba muerto, Lucrecia acciono un mecanismo en un gran tanque que contenía espuma que se expandía y endurecía al contacto con el aire, pronto todo el sótano se encontraba sellado y en su interior como un gran cubo de poliuretano, sus tesoros se enterraron para siempre, ya no se podría entrar más en esa bodega en las que tantos planes maléficos se gestaron y llevaron a cavo por el extraño grupo de damas.
Un chofer de la limusina, recibió una señal en su móvil para que se marchara y las dos desaparecieron inmediatamente de la calle, el agente de servicio se quedó a la espera de ver salir a las damas. En la cochera posterior, las tres subieron a un volvo negro blindado y se encaminaron hacia el convento.
Por el espejo retrovisor, observaron un Fiat blanco que las seguía, Lucrecia que conducía no se preocupó por eso, siguió adelante y paró cerca de una farmacia, al lado había una puerta de cochera que se abrió con su mando y el coche se introdujo en ella, el perseguidor quedó esperando en la acera de enfrente. La cochera se elevó hasta el nivel de la calle posterior, las damas salieron y continuaron su camino hacia el convento…
Tomaron la s-30, una pista de circunvalación que rodea a Sevilla hasta llegar a la auto vía Sevilla Madrid, una moto de gran cilindrada se acercaba rápidamente y Lucrecia giró hacia un polígono industrial, la moto las seguía y se produjo una gran persecución al mejor estilo de las películas. El auto se metió en una calle sin salida y el motorista poniéndose a la altura de la ventanilla de Lucrecia, disparó una ráfaga contra el cristal blindado que soportó perfectamente los impactos, mientras ella hacia una maniobra evasiva marcha atrás para salir de nuevo a la vía principal.
La persecución continúo por el polígono en una carrera frenética que nadie pensaba abandonar, pero el destino elige muchas veces quien gana o quien muere y al saltarse ambos un stop, quiso que el motorista colisionara con una furgoneta de reparto que frenó en seco al ver el coche negro pasar y el motorista colisionando en su lateral, se rompió el cuello en el fuerte impacto. El volvo negro continuó su camino para hacer una parada en un taller mecánico donde le cambiaron inmediatamente el cristal…
En el convento las monjas no podían tener nada que les pusiera en contacto con el exterior, prensa, móviles o televisión, estaban totalmente vetados y Berta tuvo que entregar su móvil cuando decidió quedarse, es el motivo por el que Lucrecia quería llegar al convento para advertirle de puesta en busca y captura contra ella emitida por el juzgado numero doce de Sevilla.
Al llegar al convento, la madre superiora les dijo que no podían ver a Berta, los seis primeros meses eran de aislamiento total y no se le permitía las visitas, ella podía dejarle un mensaje para transmitírselo si es algo muy urgente.
Solo dígale que hemos jugado al parchís y las fichas verdes tienen dos turnos sin tirar…
Berta conocía muy bien el mensaje, cuando en el juego del parchís se come a una ficha, regresa a su casa, la salida para comenzar de nuevo y no sale hasta que los dados le favorezcan con un seis. Ella sabía que tenía que quedarse en el convento hasta que le avisaran que no había problemas…mientras tanto en la jefatura de policía, un agente tenía en su mesa la ficha de un Turco afincado en Tánger que aparecía en un vídeo de vigilancia de la aduana de Marruecos conduciendo el coche del marido de Berta…
Venganza póstuma
En unos trabajos de limpieza del río Guadalquivir, la pala subió un bloque de hormigón que aprisionaba los pies y parte de las piernas de un cadáver en avanzado estado de descomposición, cuando retiraron la losa, el interior se conservaba más entero, el resto había desaparecido seguramente victima de los pequeños carroñeros del río.
La policía tenía ahora que poner rostro y nombre a esos escasos restos con los que contaban, les llevó tres meses de ardua investigación. Revisaron los casos de desapariciones de los últimos treinta años, el forense dictamino que ese era el tiempo aproximado de la muerte de ese hombre. Visitaron algunas viviendas haciendo preguntas hasta que dieron con un joven que contó lo de la desaparición de su padre poco después de divorciarse y casarse con una joven, se llamaba Beatriz.
Los policías se miraron, parece que por fin tenemos a una…Marcial, el hijo mayor del mercader suizo asesinado preguntó, ¿que quieren decir con eso?...es asunto policial…
Tenemos que informarle que hemos encontrado en el río los restos de su padre, no está la cabeza y solo parte de los pies se conservan.
El hombre pareció relajarse y dijo, llevo esperando treinta años y por fin descansaré aunque ya se me fuera la esperanza de encontrar a mi padre con vida. Siempre supe que esa víbora de Beatriz lo hizo desaparecer.
En el auto los compañeros comentaron el asunto de Beatriz, ¿Crees que debemos ir a detenerla?...no tenemos aún ninguna prueba que la incrimine, pero si vamos a hacerle unas preguntas.
Marcial sacó de su cochera uno de los taxis de su propiedad, pensó que llamaría menos la atención entre el trafico sevillano y siguió la dirección del coche patrulla.
Al llegar a la propiedad de las damas, llamó a los cuatro vídeo porteros y en todos les dijeron los sirvientes que la señora estaba en la mansión tomando el té con Doña Lucrecia, por radio avisaron al agente de vigilancia contándoles que iban hacia la mansión para hacerle unas preguntas a Beatriz, que no dejaran que se marchara.
El taxi permanecía en las proximidades vigilando la verja de entrada y cuando la policía se marchó Marcial rodeo la propiedad en busca de la mejor zona para acceder sin ser visto, trepó por una enredadera hasta llegar a la altura del muro donde había una reja y desde allí terminó de subir y se deslizó hacia el lado de la propiedad, se puso un pasamontañas y tomando su pistola se sentó a esperar entre unos arbustos.
Cuando las damas vieron por su monitor que un coche patrulla se aproximo al de vigilancia y los cuatro agentes se bajaban, supieron enseguida que había problemas, Lucrecia le dio las llaves de su volvo y le conminó, vete inmediatamente…
Se fue al garaje posterior, salió a la calle y de nuevo por si alguien la seguía hizo la misma maniobra parándose en la farmacia e introduciéndose en una cochera que ascendería el vehículo a la altura de la calle posterior, rápidamente se dirigió a su casa a hacer las maletas…
Mientras la policía preguntaba en la mansión por Beatriz, las damas contestaron que no tenía ni idea de donde se encontraba, los agentes de servicio refutaron sus palabras diciendo que su limusina estaba fuera y que ellos la vieron entrar en la casa.
Ante esa evidencia Lucrecia le dijo, llegó a primera hora pero le surgió un imprevisto y tomó mi auto y se marchó, no sé donde…los policías estaban furiosos ante tanto descaro, pero eso era una señal inequívoca de que Beatriz se sentía culpable.
La verja de entrada de la propiedad de las damas se abrió y un volvo frenó sobre la gravilla de la casa de Beatriz levantando polvo y piedras con violencia, la dama se bajo como si dentro del coche estuviera el mismo diablo, antes de dar dos pasos, un verdadero diablo con pasamontañas, le disparó dos veces en el corazón y otra en la cabeza cuando yacía desangrándose en el suelo…dale recuerdos a mi padre, puta…
Tomando el té con la policía
Solo una limusina amarilla paraba a las cuatro de la tarde en la escalinata de acceso a la mansión de Lucrecia. A las cuatro y cuarenta y cinco, dos agentes subían la escalinata y llamaban a la puerta, la criada los hizo pasar y anunció a los visitantes, pasaron al salón de té donde hablaban las dos damas que sonrieron a los agentes…
Buenas tardes mi general, que se le ofrece hoy…
Por el momento solo teniente pero tengo esperanza de ser capitán en cuanto os meta entre rejas…
Vamos a tomar el té. ¿Nos acompaña?
Ok, se sentaron frente a las damas y Lucrecia hizo sonar una campanilla.
Un joven solo vestido con la parte baja de un delantal corto, entró empujando un carrito de servicio y al llegar junto a Lucrecia le sirvió el té mientras la dama le acariciaba descaradamente el trasero y los muslos, ella subió la cabeza y el la besó en los labios.
Lucrecia le hizo seña para servir a los invitados y al acercarse al policía este se levantó de un salto…No te acerques a mi mariconazo…las damas emitieron una gran risotada…
Lucrecia dijo, ya quisieran mucha mujeres tener en la cama un mariconazo como este y haciéndole un gesto, el hombre desapareció de la estancia.
Hizo sonar otra campanilla y una joven rubia con delantal sin peto, solo dos tiras que tapaban sus pezones y se anudaban en el cuello, entro bamboleándose…sírveles el té querida, pero antes acércame una de esas revistas, señalando a una mesita muy baja…
La chica se dio la vuelta y sin doblar las rodillas, tocó con la frente la mesa de madera ofreciéndoles a los policías un espectáculo que no esperaban…
El teniente se puso colorado al ver ese arco del triunfo con el ojo que todo lo ve apuntándole directamente a el y el compañero solo dijo…ufff
No pronunciaron una sola palabra mientras la chica les servía, después fue donde estaba Rosario y le sirvió mientras ella acariciaba sus muslos mirando directamente a los hombres y con un beso en su boca la despidió…
Al terminar el té el teniente les dijo…saben que no estoy aquí por cortesía ni para tomar el té, el asunto es oficial y voy a poner mi grabadora en marcha…OK contestaron…
Murió Vanesa, después Beatriz y ahora Berta ha desaparecido y ustedes están aquí tomando el té tranquilamente como si nada pasara, queremos saber sin rodeos donde está Berta…ya le contestamos a esa pregunta, ella salía a veces de viaje sin decir nada y no sabemos dónde puede estar, porqué no se puso en contacto con nosotras y su móvil está apagado. El policía negó con la cabeza, eso no me lo trago…
El fiscal aún no ha presentado cargos contra ella, pero hay evidencias que la implican en la desaparición de su marido y con toda probabilidad de su muerte. Por eso tenemos orden de detenerla para interrogarla.
Hemos comprobado los aeropuertos y todas las salidas además del movimiento de sus cuentas bancarias y no encontramos nada, es como si se la hubiera tragado la tierra.
Lucrecia siguió negándose a comentar nada más sobre su amiga y los policías se levantaron molestos. Gracias por el té, seguiremos con nuestra labor.
Gracias a ustedes por la visita, con mucho gusto le ayudaremos en lo que podamos mi general…con gran acritud el teniente le dijo, vete al carajo, joder….antes de volverse para marcharse miró directamente a Rosario y sacando un documento de su bolsillo le dijo…se me olvidaba, tengo aquí una orden de detención contra usted, en la comisaría hay detenido un ciudadano Indio que ha confesado que usted le pagó 50.000 euros, para que matara a su ultimo marido…
Rosario palideció y Lucrecia abrió los ojos como platos.
El teniente sonriendo a Lucrecia le dijo. Nada mejor que terminar un acto cómico como el de la chica desnuda, con una tragedia inesperada…La detención del turco
Dos policías que habían terminado su servicio en una comisaría de Casablanca, salían del vestuario a la calle para dirigirse a tomar unas copas a un bar de la avenida, al pasar junto a un vehículo un hombre sentado al volante leía aparentemente el periódico, a uno de los policías le pareció un rostro conocido y sacó de su bolsillo unas cuantas fotografías y tocó en el brazo al compañero…una de las fotos estaba calificada como muy peligroso…el compañero asintió con la cabeza, si, es ese hombre.
Siguieron adelante hasta rodear el vehículo por detrás y cada uno se dirigió a una puerta.
Se produjeron varios disparos seguidos desde la acera de enfrente… en la puerta de una joyería, dos individuos disparaban contra un coche de donde asomaba una mano en alto con una placa de policía y la pistola en la otra.
El turco fue a salir del coche para ayudar a sus compañeros sin haberse percatado aún de los agentes que vestían de paisano, la puerta se cerró violentamente sobre sus piernas y los hombres le encañonaban con sus armas. Lo esposaron boca abajo y desde esa misma posición comenzaron a disparar, uno de los individuos cayó al suelo mientras el otro retrocedía dentro.
Levantaron al turco y se dirigieron al coche desde donde se había disparado y un agente que se presentó como policía de aduanas, le pidió que le entregara al turco reclamado por la policía española. Los agentes dijeron que tenía que esperar ordenes de sus superiores y llamaron a la central para solicitar ayuda y una ambulancia.
El lugar se llenó rápidamente de coches y agentes de diferentes cuerpos de la seguridad del estado y un pequeño vehículo blindado del que salieron hombres armados hasta los dientes y protegidos con cascos y chalecos antibalas.
Un mercedes negro, recogió al turco y se lo llevó a la comisaría donde pertenecían los dos agentes que le habían detenido.
El turco llegaba al día siguiente fuertemente escoltado a la jefatura superior de policía de Sevilla, en un primer interrogatorio, dijo que no conocía de nada a Berta, pronto le tiraron por tierra sus declaraciones cuando la policía les mostró otras de testigos trabajadores de la finca en el que reconocían al turco como el hombre que con una furgoneta descubierta llevaba piensos y otros productos a la finca.
El fiscal hizo un trato con el, firmaría una declaración de culpabilidad incriminando a Berta en el pago de servicios para encubrir el asesinato de su marido o lo juzgarían por cómplice de asesinato…el turco accedió y firmo…
En media hora, el fiscal tenía una orden firmada por el juez para detener a Berta por asesinato. Su fotografía apareció en las cadenas de televisión y la prensa, no había un lugar público donde no la mostraran y una Lucrecia abatida lloraba amargamente sola en su casa.
En su mesa, el fiscal repasaba testimonios y pruebas para el juicio contra la dama, tomó un pequeño sobre transparente que contenía una bala encontrada dentro de los intestinos de un cerdo comprado por un comerciante a la ganadería propiedad de Berta y se preguntaba, ¿A quién mató esta bala?...dos hombres habían desaparecido de la finca en los mismos días, uno su marido sin dejar rastro y otro el profesor de tenis, se afirmó así mismo que solo con la confesión de Berta sabría la verdad después de tantos años.
Lucrecia en su casa, recogía de la caja fuerte todas las cintas grabadas de sus orgías y conversaciones comprometidas y las echaba en un incinerador de basura.
Se dirigió a los tres bancos donde guardaba otros vídeos y el que se hizo con el senador para chantajearlo, pensó que con Tomas muerto, ya no le serviría de nada, pero algo le preocupaba, después de ese accidente de la galería donde murió el senador y cuya cinta acababa de destruir, ella no vio ninguna noticia en prensa o televisión sobre su muerte, no le parecía lógico que un hombre público que llegó a presentarse a la presidencia, pudiera haber pasado desapercibido de esa forma…algo no le cuadraba…
La mafia no perdona
La venganzas de la mafia no tienen fecha de caducidad, cuando Rosario mató a su marido Pascual, se había sentenciado a muerte ella misma y no importaba el tiempo que pasara fuera de España, tendría a su regreso la oportunidad que esperaba su familia.
Ellos no necesitaban pruebas para condenarla…
Cuando ingresó en el modulo de preventivos del centro penitenciario Sevilla 2 a espera de juicio, Rosario estaba en el punto de mira de una reclusa que esperaba para ser juzgada por asesinato en el mismo modulo.
Mientras desayunaba en el comedor, un vigilante entró en su celda y puso bajo su almohada un punzón con una nota…ya sabes lo que tienes que hacer…
En el patio, Rosario estaba sentada sola en el extremo de los asientos de una tribuna que miraba a una estatua de la libertad a escala, construida con la ayuda de los reclusos, la rompe huesos como así le apodaban las demás reclusas por su fortaleza, se sentó detrás de ella, dos reclusas se situaron frente a Rosario para distraer su atención y cubrir la atención de lo que iba a suceder…con una mano sujeto fuertemente la cabeza de Rosario y con la otra le clavó el punzón hasta el mango en la nuca, murió al instante.
Las tres se fueron y hasta los cinco minutos no sonó un silbato de alarma de uno de los celadores que corría hacia donde se encontraba una mujer sentada sangrando.
Nadie vio nada, nadie sabía nada…
Al ver la noticia en televisión, Lucrecia con lágrimas en los ojos dijo…
Nuestro pasado corre más que nuestro futuro…adiós mi niña…
Se había quedado sola y nadie estaría hoy con ella para tomar el té, pensó en las consecuencias si dieran con las cintas de vídeos que había en casa de sus amigas y se dirigió a la finca y al llegar a la verja unos agentes de servicio le dieron el alto.
Por orden del juez, está totalmente prohibido el acceso a esta propiedad.
Agentes, tengo que recoger efectos personales, son regalos de mis amigas que están muertas y a nadie le puede interesar excepto a mí.
Lo siento Lucrecia, pero solo con una orden del juez puede usted entrar.
Lucrecia dio un giro brusco con su vehículo y se lanzó a la carrera quemando neumáticos, los agentes se miraron…no quisiera estar en su pellejo…
Al convento llagaba una ranchera descubierta que recogía la fruta que se cultivaba, unas cajas con peras se alineaban en el lateral del camino donde unas monjas recogían sus frutos para llenar las cajas, el chófer se bajó a subir las primeras a la camioneta, miró a una novicia que levantaba el rostro después de haber depositado unas piezas y un campanillazo sonó en su cabeza…se fue al auto y abrió la guantera para ver un cartel de se busca, tenía una recompensa de 50.000 euros y el hombre dejó lo que estaba haciendo y dando media vuelta salió a toda velocidad hacia la jefatura central de la policía…
Captura de Berta
El chófer de la camioneta llegó a la jefatura de policía y declaró que había visto a la señora que buscaban en el convento, se dieron las órdenes y todos los medios se pusieron a las órdenes del capitán que iba a dirigir la detención de Berta.
Todas las salidas se cubrieron y procedieron a buscar a la novicia después de haberle consultado a la superiora enseñándole su foto.
Estaba sentada en su cama con una goma atada al brazo y una jeringuilla a punto de clavarse para hacer su último viaje, desde que oyó las sirenas de la policía lo decidió así y tenía preparado lo necesario, prefería morir de esa forma a terminar sus días en la cárcel. Un agente literalmente saltó sobre ella impidiéndole que terminara la acción y la esposó. En la sala de interrogatorios se negó a declarar hasta que no fuera su abogado, le permitieron hacer una llamada y llamó a Lucrecia, en media hora tenia uno...
El abogado pidió inmediatamente su puesta en libertad por falta de pruebas, no había cadáver y solo una bala sin pistola para relacionarla.
El fiscal llamaba desde su oficina a una empresa especializada en buscar minerales en el subsuelo que estaba dotada con equipos electrónicos de sondeos por ultrasonidos y dibujaban en una pantalla un mapa con las diferentes densidades del terreno.
Al llegar a la zona donde comían y retozaban los cerdos, una gran masa compacta se reflejó en la pantalla, el escáner térmico reflejaba más temperatura de lo habitual debido a la alta concentración de cal y material biológico…
Llamaron a una excavadora con una pala grande, una pequeña y un punzón para romper y perforar y se pusieron a trabajar en la zona delimitada por el escáner.
La pala retiró con facilidad la capa de tierra vegetal que se amontonó a los lados y al llegar a una masa de hormigón se sustituyó por el martillo rompedor, el hormigón era relativamente débil como se utiliza para los rellenos, el pico rompía grandes trozos que empujaba hacia los lados y una maquina pequeña los alejaba.
El taladro entró como si fuera en mantequilla al llegar a una cierta profundidad y una masa de cuerpos de animales y cal se dejaba ver…
Con más cuidado a partir de ese momento, se iban sacando trozos más pequeños hasta dar con un cuerpo evidentemente humano. Los policías que supervisaban ese trabajo comunicaron a la jefatura el hallazgo y el fiscal habló con el abogado de Berta…
A la espera de las pruebas de patología, tenemos un cadáver que seguro era su marido.
El muerto sin ninguna duda era Bertín Osborne, aunque no le encontraron ninguna bala en su cuerpo ni orificio que pudiera pensar en muerte por disparo de arma de fuego.
Eso le extrañó mucho al fiscal que siempre miraba esa bala que tenia de un calibre treinta y ocho disparadas y se preguntaba de donde procedía.
Llamó a los operarios de las maquinas y le dijeron que no retiraran ningún escombro procedente de esa especial excavación, envió a una trituradora para convertir los fragmentos grandes en otros del tamaño de pelotas de béisbol…la pistola apareció…
Aunque eso no serviría para nada en el juicio contra Berta por que no había un cuerpo al que asignar la muerte por disparo…y desde luego nunca lo habría porque se lo comieron los cerdos como carne picada, quizás alguno de ustedes tengan de pronto don de tenista, si así es, puede que le gustara la hamburguesa que se comió…Sorpresa y muerte
El juicio de Berta era por asesinato, pero a esos cargos se añadirían, conspiración para asesinar, blanqueo de dinero, trafico de drogas y otros cargos menores cuando la policía encontró en una caja de seguridad de una cuenta suya una colección de videos…
A Berta la condenaron a treinta años de reclusión y solo dos meses después de entrar en la cárcel murió por sobredosis…
Dos días después de comenzar el juicio, Lucrecia se encontraba sola en su cuarto pensando en el senador, se había quedado sola y tras la muerte de este sabia que cualquier día le llegaría una orden de desalojo propuesta por su familia aunque su contrato solo expiraba cuando ella muriera.
Tendría que pensar en buscarse una nueva vivienda pues las mansiones de sus amigas estaban confiscadas. Se quedó dormida pensando en su situación…
Un crujido en su propia cama le hizo despertarse, dio un grito asustada sentándose de un salto mientras Tomas el senador con una pistola en la mano le tapaba la boca…shiiiii
No te asustes, te voy a soltar y hablaremos…
A ella le costaba hablar, pero te vi morir, ¿cómo es posible?……
Lucrecia, tu viste lo que yo quería que vieras, ¿acaso no te has preguntado por que un hombre de posición social y política no tuvo ninguna repercusión en los medios sociales? Si en más de una ocasión me hice esa pregunta…
Lo que tú viste fue un montaje de cine creado por una productora de la que soy socio.
En un plató se reprodujo exactamente la galería y su inundación para fingir mi muerte y que tu bajaras la guardia para terminar contigo.
En mi casa las cosas no salieron como tenía prevista, que era solo la rotura del tubo de agua y el debilitamiento con los productos químicos de tu muro para inundar tu sótano.
La grabación que tú estabas viendo, era una maniobra de distracción para manteneros a todas en la bodega y que murierais ahogadas, por eso bloquee la puerta de salida, pero el jardín entero cedió y acudieron los bomberos.
Yo ya no estaba en España, lo que sacaron los bomberos fue un maniquí de cera que mi secretario dijo a la policía que era para donarlo al museo….
Lucrecia estaba con los ojos en blanco, ¿tanto me odias como para tomarte tantas molestias después de todos estos años?, ¿vas a matarme verdad?, el solo asintió con la cabeza…pues hazlo ya bastardo…
Yo nunca te he odiado Lucrecia, te acogí en mi casa con solo dieciséis años y te lo di todo, no me acosté contigo esa única vez en la que me grabaste solo por tu juventud, te amaba y destrozaste mi vida y mi carrera. Se cambio el arma de mano y le dijo, te voy a romper el corazón, cierra los ojos…Si vas a disparar hazlo mirándome a la cara…
El senador le tapo los ojos con una mano y poniendo la pistola sobre su pecho le partió el corazón de un disparo…
Tomó la mano de Lucrecia con ternura, no tenia por que haber sido así…las lagrimas brotaban de los ojos de Don Tomas mientras se llevaba la pistola a las sien y disparaba.
Epilogo:
El agente del servicio secreto tras la muerte del senador, tomó un diario de su casa y
comenzó a leerlo…
Mayo, este mes es el de las flores y a mi casa ha entrado la más hermosa que jamás he visto, las rosas se llamaran a partir de ahora para mi Lucrecia…
He sentido vértigo al mirar sus profundos ojos negros y hubiese querido seguir cayendo hasta perderme en lo más profundo de esa noche estrellada.
Junio, no se si es la inocencia de de sus dieciséis años la que hace que se mueva por la casa con esa sensualidad, o es solo su cuerpo que se mueve natural meciéndose como la llama de una vela en una suave brisa, pero a mi me hace perder el sentido.
Mayo. Hoy hace un año que está mi preciosa rosa conmigo, le encargué una tarta de cumpleaños y al soplar sus diecisiete velas, pedí diecisiete deseos mientras evocaba los cuentos de las mil y una noches…
Agosto, el calor es insoportable y estoy pegado a los cristales mirando a esa sirena que nada en la piscina, su cuerpo me paraliza, sus pechos me hacen respirar agitado mientras el suyo se agita por el ejercicio y yo siento cada uno de sus movimientos. Me pego contra el cristal con una evidente erección y ella me mira sonriendo, me retiro turbado.
Octubre, Ha salido de la ducha, no se si me ha visto abajo mientras andaba por la galería superior, la toalla se le ha caído y sin mirar hacia abajo, se paró ante un espejo y se la puso de nuevo con la delicadeza de una madre que envuelve a su hijo, me senté por que las piernas me temblaban…
Noviembre, mi mujer se marchó a su casa de Francia, dice que no aguanta ver cómo me comporto como un crío cada vez que la tengo cerca, adiós y que te vaya bien.
Por primera vez he cenado solo con ella, se ha puesto el vestido rojo que le compré y hoy más que nunca parece una rosa roja insinuante, sus labios rojos pronunciaron, hola senador que me sonó a promesa y sueños, se acercó a mí y me beso en la mejilla y un volcán surgió de mi interior para adueñarse de mi rostro.
Febrero, sus modales a veces se acercan a lo obsceno cuando sentada abre las piernas sin llevar nada debajo, pero yo se que en ella no hay obscenidad, su juventud la hace ser desinhibida y a mi atrevido, pero cuando intento un acercamiento, ella solo me dice…
Pero que se ha creído usted senador… me está volviendo loco…
Abril, va a cumplir dieciocho años y le he regalado un vestido nuevo, en la cena me dice que tiene una sorpresa para mí y sube a su cuarto…
La veo bajar por la escalara con el vestido puesto, cuando va a medio camino se para y se quita la chaquetilla, tres escalones más y se quita la falda, cuando llega hasta mi solo tiene un tangas y el sujetador…senador el resto es tuyo… ¿me lo quitas?
No se lo quité, se lo arranqué con los dientes y cuando la tendí sobre la mesa me dijo…
No senador, es nuestra primera vez, hagámoslo en la cama.
Hubiera querido pasar la noche con ella, pero se marchó a su cuarto en cuanto hicimos el amor diciéndome… ¿no querrás acabártelo todo hoy?
A los tres días me enseñaba una cinta de nuestra noche diciéndome que había copias de seguridad en tres bancos por si le pasaba algo, destrozó mi carrera y mis posibilidades para ser presidente, destrozaron mi vida y sobre todo rompió mi corazón…
El agente del servicio secreto cerró su diario después de comprender al senador…
Fin
1) Prologo.-
2) Conociendo a las damas, Doña Lucrecia
3) Beatriz, la dama de rojo.
4) Vanesa, La dama de azul.
5) Rosario, la dama de amarillo. Boda con Don Bosco
6) Berta la dama de azul. Sus dos bodas.
7) Las damas desaparecidas.
8) De vuelta en Sevilla, tomando el té
9) En el dormitorio de Lucrecia
10) Acusación y detención de Berta
11) Muerte de un testigo
12) La confesión de Lucrecia
13) Planes de asesinato
14) El sorprendente giro de Berta
15) Muerte del senador
16) Persecución infernal, disparos contra Lucrecia…
17) Venganza póstuma
18) Tomando el té con la policía
19) La detención del turco
20) La mafia no perdona
21) Captura de Berta
22) Sorpresa y muerte
23) Epilogo:
Autor: Ángel Reyes Burgos
Código: 1401219876117
Fecha 21-ene-2014 19:40 UTC
Licencia: Todos los derechos reservados